¿Dónde está vuestro salvador?
¿Dónde está aquel que destruirá todos los libros,
que os subirá de nuevo al caballo
y os echará a galopar?
¿Dónde está?

Alguien os llama, os coge del hombro y os obliga
a daros la vuelta.
Si os promete paz, desconfiad
Si os alumbra, desconfiad
Si viene en la palabra de otros, desconfiad
Si os ofrece una muleta, rechazadla.
Alejaos de quien sonríe rítmicamente.

El salvador no ha venido a salvaros,
ni siquiera él conoce su existencia.
Se cruza fortuitamente e invade
vuestros cuerpos como un parásito,
os liba en una taberna profunda
y os abandona secos y manando
tierra y polvo.

Hipótesis, p. 59

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