Entre que todo sea gratis
y que nada lo sea
está la totalidad del océano.
Y si los extremos se tocan,
acaso sea lo mismo pasar
la existencia despellejando billetes
del cuerpo en cada acto
que pasar sobre el asfalto
como si fuera tierra
entre árboles frutales
y que cada cosa valga
lo que cuesta estirar
la mano para cogerla.
Se puede morir de las dos maneras:
de hambre por no tener dinero
o de dinero por no tener hambre.
Todo debería ser gratis, I p. 9